Remixes que llegamos a amar o a odiar, nos han envuelto de manera que no podemos escapar de ellos. Por radio o por Internet se presentan, como la gracia salvadora o acabando de golpe con la popularidad de una canción existente. Vienen en todas las formas y tamaños: el sutil, el éxito y el totalmente fallido; los remixes se han convertido en algo más que un punto en el radar de la música moderna.
En la última década, los artistas que no se centran en la producción de pistas originales, se dedican exclusivamente a la producción de las versiones remezcladas de las canciones existentes, la combinación de varias canciones populares con ritmos electrónicos o de otra manera sin relación para crear algo nuevo. Artistas que, en teoría, no deberían ser exitosos o relevantes objetivos, pero se las han ingeniado para crear un nicho para sí mismos en la industria. Canciones como Midnight Life, de White Panda, con samples de Good Life, de Kanye West, y de Midnight City, de M83, o el remix Calling Solveig Up de Kap Slap, original de Guetta, se han hecho muy populares con millones de visitas en línea.
Con un equipo capaz de manipular melodías existentes tan fácilmente disponibles, incluso los aficionados se están sumando a la acción. Basta con mirar el uso inteligente de un byte de sonido de nada menos que el estilo libre de rapear de Skrillex en Skrillehammer de David A, de todo un artista que opera en un estudio casero y armado con nada más que una página de Facebook y el buen humor de Skrill. En resumen, remixes y similares son populares entre los aficionados y los artistas, y ¿porqué no habrían de serlo? Muchos de estos grupos creadores de remixes alegres provienen de fondos electrónicos; una manera fácil de ganar seguidores mediante la inyección de EDM en los principales éxitos del pop y rap, logrando remixes que son como piscinas EDM para niños en el que los chicos de fraternidades, desprevenidos y asistentes del club, pueden poner a prueba las aguas de la electrónica antes de que se zambullan de cabeza en la parte más profunda.
El peligro con este modelo, por supuesto, viene cuando el intento es fallido. En algunos casos, los remixes trabajan brillantemente para todas las partes involucradas. Nosotros seríamos los primeros en admitir que la mezcla de Deadmau5 sobre Strobe Lights de Ellie Goulding suena grandiosa, y no necesitamos saber cuántas veces ha hecho acto de presencia en nuestra lista de reproducción recién escuchada. Y luego, por supuesto, no son tan grandes los subproductos en remezclas que salieron terriblemente mal, como por ejemplo, el desorden resultante que se produjo cuando tomaron Deadmau5 y Ellie Goulding, Lil ‘John, de Linkin Park. Para muchos grupos que, o bien se concentran únicamente en el género de remezcla o se sumergen brevemente en sus aguas traicioneras, parece difícil determinar cuántos son demasiados. Abarrotar seis a ocho canciones sin relación en un gran lío hirviente es un delito común en el entorno del remix, y la triste descendencia, mutantes de estos también ansiosos Dr. Frankenstein a menudo terminan como musicales del elenco apagado, renunciando a ser despachados en la discoteca.
Mientras que algunas remezclas no logran pasar el corte, otros crean bases de fans enteras totalmente centrados en los grupos que hacen música con la que ya existe. Tomemos a Kap Slap por ejemplo, este artista se centra principalmente en remixes, no en la creación de canciones «originales» en el radar popular. Sus canciones de samples están basadas en iconos del pop como Britney Spears y Nikki Minaj, a menudo combinados con los artistas que caen en la categoría «EDM para principiantes», como David Guetta, Avicii y Hardwell. Los críticos de la música de Kap Slap se preguntan cómo este tipo de música puede mantener una base de fans dispuestos a comprar entradas para los conciertos y compra de singles cuando, en pocas palabras, la música no es su música propiamente.
Lo que lleva a cuestas el éxito de canciones existentes puede parecer la vía del tramposo para el éxito en la industria de la música, pero antes de empezar a encender las antorchas, consideremos que de vez en cuando tropezamos con una joya, siendo una versión editada de una o más canciones originales que nunca van a aparecer en nuestra lista de reproducción. Pero al cuestionar la validez del género del remix, es cuando comenzamos a acercarnos a la línea peligrosa y trillada de la cuestión EDM: en el género de la música, legítima o no, es donde está la cuestión.
Por: José Alvarado