El Dj de EDM acabó con la figura de la estrellita Pop

El mundo de la música electrónica tiene, en su recorrido, muchas generaciones que contribuyeron a su permanencia en la historia del ser humano. Durante décadas, artistas, ingenieros y productores trabajaron incesantemente para producir y evolucionar la música electrónica que tanto se disfruta hoy. Producciones fílmicas, como Saturday Night Fever (Badham, 1977), protagonizada por John Travolta, dieron paso a toda una cultura de baile, que se hicieron memorables en clubes y discotecas de gran renombre, como Studio 54 o Paradise Garage.



En este mismo contexto, el productor y compositor italiano, Giorgio Moroder, innovó la escena de la música electrónica, en la década de los 70, con el uso de secuenciadores y sintetizadores en sus magistrales composiciones que hicieron grandes aportes al género Techno con sus ideas futuristas. Según Giorgio Moroder: «Una vez liberes tu mente del concepto de armonía y música que se consideran correcta, podrás hacer lo que sea que quieras hacer; así que nadie va decir lo que tienes que hacer, ya que no hay una idea preconcebida de lo que hay que hacer», palabras que causaron tanto impacto en la música electrónica que entre sus tantos homenajes, las encontramos en el impecable sencillo del dúo francés Daft Punk, titulado «Giorgio By Moroder»

Giorgio Moroder estableció el camino para la siguiente generación guiada por Larry Levan y Frankie Knuckles en la escena electrónica dela década de los 80 y, finalmente, con la llegada de los años noventa, el boom de la música electrónica sería llevado de la mano por artistas como Sasha, Pete Tong, John Digweed, Jeff Mills, Carl Craig, Andrew Weatherall, Dave Clarke, Paul Oakenfold, Tiësto, Armin van Buuren y Paul van Dyk, por mencionar algunos.

A pesar de toda la evolución que trajo consigo 3 décadas de constante movimiento en la escena de la música electrónica, no fue sino hasta finales de la década pasada cuando la música electrónica volvió a tener índices masivos de popularidad, en gran medida debido al trabajo de un trío de DJs suecos unidos bajo el nombre de Swedish House Mafia y a festivales de carácter multitudinarios como Tomorrowland, que se realiza en Bélgica, y reúne a más de 300 DJs de todo el mundo.

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Sin embargo, en la actualidad el paradigma de la creatividad se vio cercenado por la rentabilidad de la música electrónica. El Dj y productor escocés, Calvin Harris, logró con su fórmula comercial colocar muchos temas como éxitos radiales, prueba de ello es que 9 de los sencillos de su álbum “18 months” ingresaron en la lista de singles del Reino Unido. Esto le valió el título de “Rey del Pop” superando el trabajo de Michael Jackson.

Ya no se trata de profundizar en los sonidos analógicos o digitales, sino de un fructuoso estudio de mercado, que permiten jugar con fórmulas prefabricadas de carácter comerciales para la venta de la música electrónica como un producto de masas. La paga de dejar la expresividad a un lado es la rentabilidad. Calvin Harris fue el DJ más rentable del 2014, con un sorprendente ingreso de 66 millones de dólares, siendo abonadas a su patrimonio personal, cifras como 300.000 dólares por evento.

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Estas situaciones establecieron una línea que, claramente, divide el mundo de la música electrónica. Fenómeno que ha creado el debate entre un frente que desea hacer música underground; con la hábil noción de defender la creatividad, ese carácter más experimental, con la exploración de sintetizadores y cajas de ritmos para demostrar la posibilidad de producir música con contenido de manera no tradicional, mediante el uso exclusivo de aparatos electrónicos; y otro frente, que defiende la música comercial, visión excesivamente enfocada a la venta, que se incrementó gracias a la entrada progresiva de la música electrónica a los segmentos billionarios de la industria del entretenimiento.

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De las contiendas del frente underground, contra el frente comercial, derivan los matices de opinión, que creen en el balance de lo comercial y lo experimental. Por un lado, con la victoria de Jack Ü en la categoría de electrónica en los premios Grammy 2016, podríamos pensar que es demasiado tarde para la música electrónica, ya que está demasiado imbuido en la industria del entretenimiento como para poder salir, pero a la vez, la quiebra de SFX Entertainment puede ser un indicador de los fallos de las fórmulas en la música prefabricada, lo que establecería en un futuro próximo el regreso de la música electrónica a sus orígenes experimentales.

Actualmente la contienda «industria Vs creatividad» persiste y muchos artistas y productores con habilidad y talento permanecen en las sombras, mientras que otros, por su reconocimiento y fama, ganan cantidades ingentes de dinero sin esfuerzo. El tiempo se encargará de determinar si el esfuerzo y la dedicación que hacen los amantes de la música electrónica desde las sombras y las profundidades, servirá para derribar a los ídolos de pies de barro que ha creado la avasallante máquina comercial.

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