¿Por qué es tan complicado hacer una película de música electrónica?

La pregunta del millón de dólares que durante años el séptimo arte trató de darle respuesta, sin embargo, por la complejidad y todo lo que implica el mundo de la música electrónica, son contadas las producciones fílmicas que lograron establecer un real vínculo narrativo con las experiencias de los Dj y sus fans.



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Entre estas producciones se destacan: el film “Eden” de la directora francesa Mia Hansen-love, un relato ficcional ambientado en la década de los 90, que supo captar los éxitos y fracasos que estaban a la orden del día en la movida francesa del género House en esa época, una película que trata con propiedad y rigurosidad la experiencia underground. Film que raya entre lo documental y el cine de autor, expresado desde sus magistrales escenas hasta la espléndida música utilizada, que llevan a un público selecto, de una edad comprendida entre 30 y 40 años, a revivir anécdotas e historias de su vida nocturna, a través de un franco acercamiento a los vicios de la música electrónica, desde las pequeñas disputas entre Djs, hasta los excesos de cocaína que vienen con el trabajo, abarcando en gran medida las experiencias que pasan desapercibidas en la vida de los clubes.

Este punto podría aburrir a las emergentes generaciones guiadas más a lo comercial con el boom del EDM. Por otra parte, el mundo de la música electrónica puede caer, por el desconocimiento, en el mar de lo relativo, es un mundo tan complejo que sería difícil hacer una síntesis de una gran cantidad de géneros de la movida en una sola película, además que las motivaciones de los personajes y la variabilidad de situaciones con las drogas son íntimas e individuales, y muchos actores no llegan a representar bien el lenguaje corporal de sus papeles, algunos se ven como que si nunca tomaron drogas y fuera su primera vez en un club, hecho que distancia rápidamente a cualquier espectador por no verse comprometido con el film y sus personajes. También otras películas se desviven por una desmedida terapia de choque que destacan lo indignante que puede llegar a ser la cultura de clubes, otra razón por la que estas películas son un fracaso en la taquilla.

Algunos directores resuelven el problema de las películas de música electrónica, alejándose de lo documental y el drama de los clubes, para hacer comedias como el film “Go” del director norteamericano Doug Liman, que da un punto de vista original y entretenido a la experiencia electrónica, al usarla como contexto de la mayoría de las situaciones, logrando captar a los espectadores por el solo hecho de pasar un buen rato frente a la pantalla.

Sin embargo, hay otras películas que son un total fracaso: We Are Your Friends es una de ellas y fue dirigida por Max Joseph, una película financiada por el musculoso capital de Hollywood, que trató de persuadir los bolsillos de las nuevas generaciones del EDM, con una historia basada en la típica fórmula comercial de un chico que desea ser un famoso Dj, se encuentra con un maestro retirado de los decks, y en el transcurso de la historias se enamora de una chica. Tanto la crítica como el público le dieron la espalda a esta grandilocuente producción, porque es imposible que (después de todos los avances tecnológicos que llevan los live de los Dj en cámaras de 360 grados a cualquier público en la web, sumado al bombardeo comercial, a la noche de clubes, o el solo hecho de ir a los festivales tan épicos como Tomorrowland o el Ultra Festival) We Are Your Friends sea una buena película.

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