Ningún país en el mundo parece escapar del flagelo de la corrupción. Es un mal que, a veces, está presente en todos los niveles de una sociedad y se pone de manifiesto en las cosas y situaciones más ínfimas de la vida.
Sin embargo, lo que está pasando en Vietnam con la corrupción en la escena nocturna es bastante particular. Recordemos que Vietnam es un país de políticas comunistas, pero que le ha dado, en las últimas décadas, cierta apertura al capital privado. El hecho de que se encuentre en una especie de limbo ideológico-pragmático puede ser el caldo de cultivo para la aparición y afianzamiento de la corrupción en todos los estratos.
En Vietnam la corrupción policial, la censura y el crimen están a la orden del día. El control del gobierno abarca todo y eso incluye las fiestas underground en donde la corrupción y la desconfianza hacia la ley y sus autoridades han plagado la fiestas y clubes del país.
Para poder hacer fiestas en los bares y clubes, los organizadores y asistentes deben pagar a la policía local para evitar ser clausurados.
Por otra parte, generalmente en las fiestas y eventos nocturnos los locales solo logran ofrecer bebidas alcohólicas adulteradas, debido a los altos impuestos de importación que les impiden ofrecer licor de calidad. Esto también es penado por las autoridades y reciben dinero para evitar ser sancionados.
Hacer eventos grandes y de calidad se hace muy difícil dadas la condiciones en las que hay que trabajar.
Ho Chi Minh despierta
En la capital Ho Chi Minh está comenzando a emerger una movida underground de música electrónica de calidad. Existe una empresa localizada en Vietnam, Heart Beat que trae a DJs residentes de Berghain (en Berlín) hasta Ho Chi Mihn para realizar eventos Techno.
Etapp Kyle y Ed Davenport son algunos de los afamados DJs que esta empresa contrata para sus fiestas al más puro estilo Techno alemán. Pero debido a los tropiezos legales y dificultades para adquirir las licencias, deben optar por hacer fiestas ilegales.
Hace un par de años, el Ministerio de Cultura y Turismo daba licencias pero solo para operar hasta medianoche. La licencia costaba $10USD por cada track que los DJs fueran a colocar. Para ello había que pasar al Ministerio una lista de cada set con los tracks que iba a tocar el DJ y sus letras traducidas; lo cual en la música Techno es una misión casi imposible.
El total rondaba entre $300 y $500, dinero que cubría los derechos de copyright y que iba destinado en su totalidad al Ministerio y no para los artistas.
A pesar de estas dificultades, Heart Beat ha logrado hacer fiestas más allá de la medianoche y afortunadamente pasar desapercibidas. Nunca se sabe cuándo se va a estar en aprietos con las autoridades, ni el dinero que se debe desembolsar para que las fiestas sigan su ritmo.
Un promotor local vietnamita, Jase Nguyen, lleva artistas internacionales, como: Tokimonsta, Daedelus y DJ Premier a Ho Chi Mihn. En su experiencia también ha estado presente las dificultades y la corrupción.
Por ser un país comunista es ilegal que se reunan más de 5 personas y para ello se necesita una licencia. El estado controla todo y recauda dinero a través de estas licencias. El control gubernamental se extiende también a regular la forma en que las mujeres se visten, exhortándolas a vestir de manera recatada y además impone toques de queda.
Las drogas también son ilegales y en las provincias del norte las leyes son aún más estrictas. A los ciudadanos se les pide que no salgan después de medianoche.
Los festivales, las fiestas y la ley
En las afueras de la ciudad de Hanoi se realiza el Festival Quest con el fin de evitar el control de las autoridades. Lleva tres años celebrándose y ha pasado de tener un público de 300 espectadores a 5000. Sin embargo, el año pasado no escaparon de una redada, a pesar de haberles pagado a varias instancias policiales, el festival fue clausurado. En la ciudad de Hanoi es muy común que se cierren fiestas.
No solo son los policías los que están detrás del dinero y listos para ser sobornados, sino que aparentemente es una actitud que prevalece entre el común de la gente que estafan sin piedad.
En marzo de este año, el grupo de música electrónica británico The Prodigy se presentaría en Cargo Bar en Vietnam después de que se cancelara un festival en Singapur. Los organizadores de Cargo Bar comenzaron a contratar a DJs del sureste asiático para el evento con The Prodigy. La banda británica no apareció para la cita y cuando se dieron cuenta habían sido estafados por un falso promotor.
Esta parece ser la cruda realidad en Vietnam, a la que se tienen que enfrentar todos los que participan en estas fiestas: desde los organizadores, Djs, promotores, hasta los asistentes.
De momento, la movida electrónica no parece detenerse en este hermoso país asiático. Así tengan, algunos, que ser víctimas y en ocasiones cómplices de la corrupción, la gente sigue decidida a bailar, a escuchar buena música y a pasárselo bien.