La periodista de investigación, Inkoo Kang, se acogió a la Freedom of Information Act (abreviado FOIA y traducido como Ley por la Libertad de la Información) y en agosto de 2012 pidió que fuera revelado un informe sobre la presencia de inteligencia del gobierno de los Estados Unidos en festivales y conciertos. Su petición fue aceptada y seis meses después los documentos fueron hechos públicos.
El informe reveló que el F.B.I ha estado recogiendo inteligencia para prevenir el terrorismo desde 2010 en el festival Burning Man. En él se detalla que “no existe inteligencia que indique ningún tipo de amenaza externa, doméstica o internacional”. Lo único que revela son problemas relacionados con el control sobre las multitudes y el uso de drogas ilegales por parte de los asistentes.
Algunas partes del documento fueron tachadas para ocultar la identidad de los agentes involucrados y algunas de las tácticas utilizadas para recoger información de los asistentes.
Por su parte el F.B.I. no ha comentado sobre este hecho después de emitidos los documentos.
El analista legal de medios de comunicación, Lionel, comentó al respecto lo siguiente:
No entiendo por qué los estadounidenses no entienden que tienen el derecho a ser dejados en paz. Tienen el derecho a no ser vigilados…sólo porque algún agente en algún lugar diga: ‘Tú sabes, podremos tener la posibilidad de aprender algo’.