Cómo funciona la industria de la música electrónica

El funcionamiento de la industria de la música pasó por un proceso evolutivo que se inició y perfeccionó durante el siglo pasado. Se constituía de varias fases, que incluían la contratación de un artista, el proceso de grabación, la impresión del material grabado y su distribución. Esto produjo el establecimiento de monopolios industriales que podían, con facilidad, llevar el registro exacto de aquello que se producía y se vendía, varias veces con contratos que muchos calificarían como abusos contra los artistas.



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Cada una de las fases de producción de las disqueras contaba con recursos, locaciones y equipos distintos y específicos; el proceso de grabación industrial tradicional involucraba estudios donde los artistas contratados se encargaban de la generación de las ideas musicales y la obtención del sonido ideal para la reproducción de dichas ideas. Una vez finalizadas la grabación y masterización seguía la impresión, quizá el aspecto más evidentemente industrial de todo el proceso, que se basaba en el envío del material grabado a plantas de prensa donde se fabricaba, de acuerdo a los estándares y formatos deseados, el producto final, el cual entraba ya en la última fase, que implicaba la distribución a cadenas de ventas y tiendas especializadas.

Este proceso implicó el posicionamiento de la industria musical, caracterizado por la producción de billones de dólares en productos, shows y mercancías. Pero la llegada del internet y la era digital cambio absolutamente el panorama y las reglas del juego. La prioridad dejaría de ser la producción de medios y formatos físicos, que pasarían a ser digitalizados para su comercialización. El vertiginoso cambio tecnológico abandonó los formatos físicos como el vinilo, el cd y el cassete, que impactó realmente durante la primera década del milenio y fue la causa principal del declive de la industria de los vinilos dentro de la música.

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No obstante, a pesar del declive de los formatos físicos, nada se compara con el formato analógico y muchos productores, artistas y entendidos del tema, apostaron a la calidad en términos de fidelidad del sonido que proporcionaba el vinilo, que supera los otros formatos de la era digital, lo que proporcionó el contexto perfecto para un resurgimiento progresivo de la música en formato de vinilo.

Dicho resurgimiento se debe en gran medida a la popularización masiva de la música electrónica en la industria del entretenimiento actual. Tiendas virtuales como Discogs poseen en su haber más de un millón de discos de vinilo bajo la categoría de electrónica y muchos sellos actuales, como Stroboscopic Artefacs y Bokhari Records, por mencionar un par, sólo están trabajando e imprimiendo sus producciones en los discos del referido material y las tiendas especializadas en música electrónica en vinilo como Hard Wax, Dusty Grooves y Phonica crecieron en popularidad. Esto constata la veracidad de las palabras del maestro Giorgio Moroder cuando dijo:

Nada puede compararse con la sensación de sujetar un disco de vinilo, extraerlo de su funda, soplar quitarle el polvo y colocarlo debajo de la aguja.

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