Como cualquiera que haya asistido a una movida house desde la llegada de Spotify, sabrá que el DJin no funciona como una democracia. Bien intencionada podría ser la idea de un acuerdo comunal entre los DJs, en el que todo el mundo tenga derecho a pedir una melodía para ser tocada, pero en la práctica es un caos total. Tratar de compartir las cubiertas con otras 20 personas, inevitablemente, conduce a entrar en conflicto en lugar de la armonía. El DJing, al parecer, se adapta mejor a la autocracia en lugar de la anarquía.
A las 3 am, cuando todo el mundo está destrozado y se congregan en cualquier habitación, ésta contiene un par de altavoces de escritorio de mierda, la paciencia se agota y las ganas de un golpe de Estado portátil es tentadora, incluso en los menos hambrientos de poder entre nosotros. Las tensiones surgen a menudo sobre alguna forma tácita de etiqueta: ¿debo hacer cola en mi selección? o ¿Qué pasa si mi canción no está en la lista de reproducción en la movida? Luego, pinchar por el comité tiene todas las deficiencias de las democracias: ser gobernados por una clase de élite de selectores que no rinden cuentas a los gustos de sus electores. Tal vez deberíamos aceptar que este es un sistema mejor con una sola persona a cargo. No es de extrañar que los DJs sean tan propensos a los complejos de mesías.
Es comprensible que se trata de un arreglo donde no todas las personas están contentas, y hay quienes no ven pinchar como un derecho divino y siguen luchando por alguna representación para hacer valer sus peticiones. Ya sea bramando sobre las AP del club, haciendo un gesto en pantallas de teléfonos móviles o la publicación de las notas escritas a mano en la cabina del DJ: siempre hay clubbers que tienen algo que decir.
Mick DiMaria, desde Los Ángeles y durante los últimos cuatro años, ha estado recogiendo el material efímero de DJ: notas sobre las peticiones a los DJs, los avisos de la gestión del club y la preventiva, a menudo de explotación, las condiciones establecidas por los propios DJs. En 2010, el Dj DiMaria comenzó el blog Tumblr, No Breasts No Requests (Sin Tetas No hay solicitudes), con el nombre de una de las primeras señales que tropezamos, como un lugar para recoger todas las solicitudes por escrito que recibió mientras trabajaba como DJ. Como se supo, se encontró inundado con las aportaciones de DJs y clubbers por igual. Después de un año de trabajo de detective y el abastecimiento de los fotógrafos originales, DiMaria lanzó un libro que contiene lo mejor (o peor, dependiendo de cómo se mire) de las presentaciones de su blog. DiMaria ofreció una entrevista después del lanzamiento de No Breasts No Requests acerca de la política de las solicitudes de DJ, el cambio del medio de solicitudes, y la ética (o falta de ellas) de comercio de favores sexuales.
¿Cuándo tuviste la idea para empezar a documentar las solicitudes de DJ?
He sido un DJ durante 14 años y una gran cantidad de las solicitudes que recibo son orales, pero algunas son escritas, y empecé a coleccionar las que me llegaban a mí. Yo estaba realmente metido en Tumblr en el momento, esto era en 2010, y me decidí a poner algunas de las solicitudes en línea. He encontrado algunas otras en el Internet, me pareció que habían muchos DJs que comparten estos mensales y una cosa llevó a la otra; con el tiempo, la gente cultivó el blog presentando 10 por día. Tres años más tarde me decidí a recoger algunas de las mejores solicitudes en un libro.
En los 14 años que has estado en el DJing ¿cuál es la petición más extraña que personalmente has recibido?
Creo que, probablemente, uno de carácter general que recuerdo fue cuando alguien preguntó: «¿Puede usted tocar algo que la gente pueda bailar?», fue en un momento en que la pista de baile estaba llena con mucha gente bailando, yo solo le contesté: «mira eso”. Otra vez fue cuando pinché en un club gótico y alguien pidió Mariah Carey.
Bueno. Con el EDM popularizando el papel del DJ-intérprete, ¿será este el final de las solicitudes de DJ?
No lo creo; creo que por los medios de comunicación social, probablemente estarán aún más presentes. Veo a muchos DJs en Twitter pidiendo a sus seguidores: «Estaré pinchando esta noche, cualquier petición estoy dispuesto a escucharla», o incluso, las personas bailando en un momento, recibirán un mensaje: «¿Qué es lo que quieres escuchar en este momento?» Así que creo que es probable que suceda aún más ahora.
Esto plantea un problema para el Vol. 2 de “No Breasts No Requests” si las personas no seguirán escribiendo más peticiones.
Sí, he empezado a ver la gente simplemente sosteniendo sus teléfonos cada vez más en lugar de escribir las cosas ahora.
Por: José Alvarado