Movement en Detroit, Dekmantel en Ámsterdam, Sónar en Barcelona y Tomorrowland en sus tres locaciones son solo algunos de los festivales y eventos que están sonando actualmente en la movida electrónica. Es casi un diluvio interminable de eventos que buscan atraer la atención de los fanáticos en un mercado lleno de opciones.
Cada anuncio genera que los medios de comunicación informen sobre la movida y la música de baile. Informan el Line Up, la locación y todo lo que se refiere a la organización del evento, mientras que en las redes sociales las opiniones y comentarios con respecto a la alineación, no se hacen esperar y retumban durante días (unos a favor, otros tantos en contra).
El número de DJs con amplio reconocimiento en todo el mundo, para la temporada de festivales, ha crecido cada año. Esto es necesario, ya que el gran número de festivales ha impulsado la demanda a través de distintos medios. Los jets privados son fletados por los más grandes DJs del mundo, que cobran fortunas, por lo que al parecer están mermando la calidad de los LineUps y a su vez, no hay manera de reunir el quórum en todas las ciudades en eventos que se realizan cada fin de semana.
Mercadeo VS talento
Suena a mecanismo de mercado un tanto cínico, pero hay muchas formas de maximizar el crecimiento y la exposición del evento. Desde los autobuses utilizados por Motown en los años 1960, a los viajes en autobús Minus de los comienzos del 2000. El aprovechamiento de un sistema de aprendizaje para promover más eventos no compromete el mérito artístico de estos esfuerzos.
Es un hecho que la mayoría de los artistas se encuentra en su mejor momento creativo, justo antes de alcanzar su mayor facturación. Con solo mirar la discografía de la mayoría de los grandes de la música de baile, ves cómo sus días de juventud fueron los más productivos en términos de creatividad. Al parecer, los 40 fines de semana al año de los grandes DJs no son propicios, ni aseguran, el flujo constante de inspiración artística.
Se ha vuelto una cuestión de novedad versus consistencia, al momento de decidir lo que le importa a los consumidores. Y los promotores y organizadores eligen la segunda (consistencia). Se han ganado un nombre y un respeto en el “mercado” de la música electrónica lanzando eventos de alto perfil durante muchos años. Los promotores juegan a lo seguro y casi nunca se equivocan al elegir.
Por: Marcos Pérez Briñez
Email: mperezbriez2@gmail.com