La muerte del fiscal argentino, Alberto Nisman, sigue dando de qué hablar. Y parece que este caso continúa aún siendo un misterio para todos. Recordemos que el fiscal investigaba el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) y que al día siguiente de su muerte comparecería ante el Congreso argentino para poner una denuncia contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y su posible vinculación en el encubrimiento de los imputados iraníes en el caso.
Entre las pesquisas recientes, las autoridades han encontrado que desde la computadora del difunto fiscal, que registra su última actividad a las 08:00 horas del día domingo 18 de enero de este año, se realizó la búsqueda de la palabra: “Psicodelia”.
También se supo que se revisaron portales de diarios y su correo electrónico, pero lo que no se sabe con exactitud es quién realizó tales búsquedas. Para esa hora las autoridades ya declararon oficialmente que Nisman estaría aún vivo, mientras que sus abogados sostienen que ya habría fallecido.
Según informa el diario La Nación de Argentina, la fiscal Viviana Fein, quien lleva el caso de Nisman, ha pedido a la empresa Google información más precisa sobre esta búsqueda, que arroja 700 mil entradas.
¿Qué es la psicodelia?
Si colocamos la palabra “psicodelia” en cualquier motor de búsqueda encontraremos varios resultados interesantes que van desde definiciones, historia, aplicaciones y corrientes ligadas a este término.
Sin embargo, según Wikipedia se define como Psicodelia a una subcultura de personas que utilizan drogas psico
délicas y a estilos artísticos y musicales psicodélicos que se derivan de la experiencia de la alteración de la conciencia y que utiliza visuales de tipo surrealistas y distorsionados, efectos de sonidos, reverberaciones, colores brillantes y animaciones para evocar en el espectador u oyente la experiencia del artista mientras estaba bajo los efectos de la droga.
Lo cierto es que nos quedará la incógnita, que parece cernirse eternamente sobre este caso, de cuáles fueron los motivos que llevaron al fiscal o a otra persona, quizás su asesino, a hacer esta búsqueda un tanto peculiar por internet.