La emblemática bola de disco cumple 118 años. Sí, asi mismo, aunque pueda parecer descabellado.
Muchos solemos asociar esta creación en las décadas de los 60 o 70, pero en realidad desde hace más de un siglo está girando e iluminando las pistas de baile de todo el planeta.
Aunque hayan sacado su versión 2.0, la bola de disco tradicional nunca pasará de moda.
Historia poco conocida
Quizás la imágen más conocida de la bola de disco sea la de la película Fiebre del Sábado por la Noche, protagonizada por John Travolta, en 1977. Sin embargo, su primera aparición data de 1897 en Charlestown, Massachusetts. Allí el sindicato de electricistas la utilizó en su fiesta anual junto a otras decoraciones.
Para 1927, la bola de disco hace su primera aparición en las pantallas del séptimo arte, en una pista de baile en la película muda alemana Berlin: Die Sinfonie der Großstadt. Ya para finales del siglo XX, esta pieza era una habitual decoradora de los clubes.
Una empresa estadounidense, la Omega National Products, se lleva el mérito de haber fabricado el 90% de las bolas de disco en los Estados Unidos y aún hoy en día continúa comercializándolas. En un principio, sus bolas de 48 pulgadas se vendían por casi USD $4000. Actualmente, se pueden adquirir por precios más módicos en tiendas de decoración e iluminación, aunque en la época de su auge eran más difíciles de conseguir.
Inseparable de la música disco
La bola de disco se pasea por toda una vida musical. Después de casi 50 años en desuso, regresa en la década de los 70 formando parte de la escena musical, con el nacimiento del disco.
Uno de los DJs que vivió esta experiencia fue el neoyorquino Nicky Siano, conocido como el rey del disco. Cuenta, que la primera vez que vio la bola de disco fue en el famoso The Loft en East Village, un club que es propiedad de David Mancuso. Años más tardes, el mismo Siano abrió su propio local, The Galllery, y decidió colocar una bola de disco de 36 pulgadas, que fue mandada a hacer y era, en su momento, la más grande del mundo. Llegaron a tener una bola de 48 pulgadas. Verboten, en Brooklyn, es un club que hoy en día tiene una de las decoraciones y puesta en escena más futurista de la movida, utilizando bolas de disco y dándole una personalidad y un ambiente único.
Sin embargo, la que se lleva la corona por ser la más grande del mundo se encuentra en Inglaterra. Es propiedad del DJ, conductor de radio y organizador del Bestival, el británico Rob Da Bank. En 2014 junto al legendario del disco, Nile Rodgers, creó una bola de disco cubierta por 2500 láminas de espejos individuales y con una altura de tres pisos.
El Revival de los 90
La bola de disco continuó perpetrándose junto al auge del disco y se hizo notorio su uso en los clubes y discotecas importantes de diversas metrópolis.
Así se convirtió poco a poco en parte de la escena disco y más tarde del house, para finalmente consagrarse como elemento fundamental del clubbing mundial.
Con el fin de la era disco, reaparece su uso en los años 90, nuevamente como ícono de un revival musical. Aunque fue usada en videos y presentaciones por diversos artistas lejanos al disco y por los que en esa época decidieron explorar esta corriente, como: Neil Young, Sarah McLachlan, U2, Sophie Ellis-Bextor, Who da Funk, Madonna, Donna Summers con Giorgio Moroder, Kylie Minogue y Justin Timberlake.
Su futuro
A pesar de las nuevas tendencias en la música y tecnología de la iluminación que se utilizan ampliamente en los clubes nocturnos del mundo, la bola de disco continúa siendo una constante y poco modificada, si la comparamos con aquellas creadas en sus comienzos. Este fenómeno puede deberse a que el efecto de iluminación que genera por sí sola, no solamente nos revive recuerdos de épocas pasadas y de ritmos ya vividos, sino que además, genera un ambiente en donde afloran los sentimientos más puros, incitándonos al baile y a pasarla bien.
Por esto y otras muchas razones ya conocidas, sabemos que la bola de disco vivirá por siempre. Es y será, a pesar de cualquier época, tendencia o moda, un artefacto de iluminación que permanecerá entre nosotros rompiendo las barreras del tiempo y de la tecnología.