El uso de las drogas tiene una larga historia. Se sabe que desde épocas remotas se han utilizado en una variedad de maneras y con fines diferentes.
Su uso es milenario entre los pueblos originarios y aborígenes en cultos para la obtención de experiencias místicas y religiosas. Sin embargo, también han sido usadas para mejorar y repotenciar las experiencias sexuales, como afrodisíacos, y hasta para el tratamiento de enfermedades. En el antiguo Egipto y en el imperio Romano se utilizaban para mejorar las funciones sexuales.
Investigación sobre el funcionamiento sexual
Todos sabemos que el consumo de drogas, ya sea esporádico o prolongado tiene efectos sobre diversas áreas de nuestro funcionamiento físico, mental, cognitivo y sexual.
Ahora bien, recientemente en un estudio que se realizó entre la Universidad de Granada en España y la Universidad Santo Tomás de Colombia, se encontró que algunas drogas que se usan en la actualidad afectan negativamente la sexualidad.
También contó con la participación de nueve instituciones de rehabilitación de farmacodependientes (ACLAD, CAD de Arganzuela, CAD San Blas, Institut de Neuropsiquiatria i Addiccions del Parc de Salut Mar-Hospital del Mar, Fundación Noray-Proyecto Hombre Alicante, UMAD, Proxecto Home Galicia, Proyecto Hombre Granada y el «Cortijo Buenos Aires»).
Este estudio se publicó recientemente en la revista científica norteamericana ‘Journal of Sexual Medicine’. Se evaluó el funcionamiento sexual de 905 varones, de los cuales 550 estaban diagnosticados de dependencia a seis tipos drogas: alcohol, cocaína, cocaína y alcohol, heroína, marihuana y speedball (heroína+cocaína).
Lo revelador de esta investigación es que tira al trasto los estudios preliminares que se han hecho en esta materia, en donde se afirmaba que los efectos negativos se disipaban después de 3 semanas de abstiencia.
Resultados reveladores
Entre los hallazgos se encontró que la heroína es la droga que afecta de manera más negativa la función sexual. Sin embargo, a pesar de que las drogas empeoran el funcionamiento sexual de los varones, se llegó a la conclusión de que sus efectos perduran, incluso, después de haber dejado de consumirlas por un largo período.
Entre los hallazgos más importantes del estudio está que la heroína es la sustancia más perjudicial para la sexualidad, ella trae mayores dificultades sexuales al individuo que la consume. Asimismo, el alcohol en grandes cantidades afecta la capacidad eréctil de los hombres. Con respecto a la marihuana, uno de los investigadores dio a conocer que esta droga, es quizás la que menos repercute sobre el funcionamiento sexual.
Según explican los investigadores, los efectos perduran por un condicionamiento. Explican que durante el consumo se produce un daño biológico que desaparece una vez se deja de consumir, pero queda un daño o problemas a nivel psicológico. Se llega a asociar entonces la práctica sexual con problemas sexuales.
En el sexo continúan presentándose los mismos problemas que se presentan durante el consumo. Es un condicionamiento clásico, aunque no sucede con todas las personas que consumen, sí se presenta en un número significativo de casos.
Cómo afectan las drogas al placer
En 2010, los mismos investigadores realizaron otra investigación con un grupo de más de 300 varones farmacodependientes.
Entre los resultados más importantes está que el 70% afirmó haber consumido alguna vez drogas para mejorar el disfrute de sus relaciones sexuales y el 80% dijo haberlas tomado para deshinbirse a la hora de tener una relación sexual.
Para tales fines, los sujetos del estudio utilizaron en primer lugar la cocaína, seguida por el alcohol. Se supo que los efectos de las drogas en el área sexual afectan, mayormente, las fases del placer sexual y del orgasmo.
Entre los consumidores de speedall, el placer sexual es el que se ve más perjudicado, seguido por el consumo de cocaína. El orgasmo, a su vez, se ve más afectado por la heroína. Luego, en menor medida, le siguen la cocaína, el alcohol y speedball, que tienen las tres, un efecto similar sobre el orgasmo. Con respecto al deseo sexual, se ve menos perjudicado por el consumo de estas sustancias.
Aún no hay estudios contundentes que se hayan realizado con mujeres en este tema, pero se cree que los resultados podrían ser parecidos.