Implantes subcutáneos luminiscentes: lo último en raves

En un reciente artículo, se reportaba sobre una nueva moda underground que parece perfilarse como una fuerte tendencia en el universo de los festivales de música: los implantes subcutáneos LED.



Grindhouse, un grupo nacido del foro biohack.me, se ha dedicado a conseguir que el uso de la tecnología que «mejore nuestra humanidad», sea seguro, accesible y que derive de tecnologías abiertas que no estén sujetas a patentes. Su proyecto ha dado frutos en el implante LED Northstar V1, que con la intención de imitar la bioluminiscencia en nuestros cuerpos, puede ser implantado quirúrgicamente en tan solo 15 minutos.

Foto: Facebook GrindHouseWetware
Foto: Facebook GrindHouseWetware

Sin embargo, varias cosas que han llamado mi atención me hacen pensar que quizás poner el Northstar V1 bajo la piel no sea tan buena idea. Para empezar, el aparato resulta un poco grande para ser algo que quieren llamar subcutáneo, su batería le permite encender solo unas 10.000 veces por períodos cortos y una vez que se agota, pues hay que someterse a una nueva intervención para retirar el luminoso invento dejando una cicatríz de por vida a cambio de unos diez mil flashes.

Foto: Facebook GrindHouseWetware
Foto: Facebook GrindHouseWetware

La realidad es que al comparar el implante con los prototipos, que desde el 2010 circulan por los laboratorios de las universidades de todo el mundo, el Northstar V1 parece un modelo sacado de una película de ciencia ficción de los sesentas.

Un poco de historia

Desde el 2010, investigadores de varios países han estado trabajando en un dispositivo implantable compuesto, entre otras cosas, por un LED orgánico. La idea es lograr un equipo que con fines médicos pueda ser implantado en los sensibles tejidos blandos del cuerpo, sin generar rechazo ni molestias en el usuario. Y lo lograron.

Foto: NeoTeo
Foto: NeoTeo

Una «matriz» más fina que un cabello fue creada imprimiendo los LEDs directamente sobre un substrato de polímeros flexibles y biocompatibles llamado polydimethylsiloxane (PDMS). El finísimo dispositivo con diodos luminiscentes puede ser implantado subcutáneamente de forma permanente sin dejar marcas ni malestares. ¿Nada mal, no?

Pero no todo fue bueno

A pesar del gran potencial que el invento prometía para la medicina, por las posibilidades que presentaba de ofrecer una lectura en tiempo real de biomarcadores de cualquier tipo, el desarrollo de los sensores adecuados para este fin, encontró problemas muy difíciles de resolver. Y luego estaba el problema de las baterías.

Si bien es cierto que implantes como los marcapasos dependen de baterías para funcionar, estas todavía son extremadamente grandes para estos nuevo usos. La alimentación para dispositivos infinitamente más pequeños, más delgados, que requieran flexibilidad y una vida media más larga que la de su portador, es escencial para que la implantación definitiva de estos aparatos se haga realidad.

Via: servisoftcorp
Nanobatería / Via: servisoftcorp

Luz al final del túnel

Pero desde el 2011, investigadores de la Universidad de Illinois, liderados por el «científico de materiales» John Rogers, han hecho grandes progresos en materia de microalimentación energética, desarrollando baterías tan pequeñas como para alimentar un microchip y que además pueden ser recargadas de manera inalámbrica. Pero Rogers no se conformó con eso. Pronto se superó a sí mismo creando baterías flexibles capaces de triplicar su tamaño, lo que pronto llevó a la creación del primer sensor que puede ser directamente impreso sobre la piel. Y esto ya fue hace varios años. Lo nuevo, pinta mucho mejor.

Foto: Rogers Research Group
Membrana Epidermal Impresa / Foto: Rogers Research Group

Hoy en día, gracias a estos descubrimientos, complejos circuitos LEDs pueden construirse o imprimirse sobre sustratos orgánicos, ser alimentados por nanobaterías inalámbricas recargables e implantarse en tejidos tan blandos como el tejido cerebral, dejando al Northstar V1 luciendo como un aparato del siglo pasado. Y aunque toda esta nueva tecnología aún no está disponible comercialmente, no pareciera faltar mucho para poder imprimir tatuajes luminiscentes directamente sobre la piel. Entonces, ¿por qué no esperar?

Para que se hagan una idea de en qué consiste el Northstar V1, les dejamos este video.

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