Jordy Hurdes asegura que su vida se arruinó por una fiesta.
En una entrevista con 7 News Sydney, publicada en facebook, el australiano Jordy Hurdes, admitió haber usado éxtasis con regularidad como una forma de reemplazar el consumo de alcohol, al creer que sería más barato y porque pensaba que el éxtasis era una droga «segura» para fiestear. Pero, usar drogas nunca es una actividad que debe hacerse a la ligera o sin consideraciones adicionales. Y es que hasta en las etiquetas de las drogas que se compran libremente en la farmacia, se advierte sobre las dosis recomendadas.
Luego de una experiencia particularmente desastrosa, Jordy terminó en el hospital con un tartamudeo recurrente y un nerviosismo incontrolable que los médicos no saben si se «curará». Los doctores que lo han atendido dicen no entender cómo es que está vivo, pero el joven se siente agradecido de haber sobrevivido.
Por ahora, su situación se reduce a un juego de paciencia y le toca esperar y ver si el tartamudeo y los nervios serán permanentes o no, aunque no hay cómo determinar cuándo tendrán la información definitiva.
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Con drogas callejeras como el éxtasis o el molly, no hay un manual a seguir porque no hay ninguna regulación. Incluso los nombres han perdido todo significado en la medida en la que sustancias químicas de investigación y mezclas más baratas se han ido haciendo más y más comunes. Y es por eso que historias como las del veinteañero Jordy Hurdes también comienzan a ser más frecuentes, aun cuando él podría ser la excepción y no la regla.
La historia de Jordy es muy triste y ha atraído mucha atención en los medios australianos. Pero la sección de comentarios del video de 7 News Sydney, cuenta una historia muy distinta en la que se lo acusa de haber pasado 5 días de fiesta usando y mezclando distintos tipos de drogas. Uno de los comentarios también reprocha al gobierno por no legalizar y regular la fabricación de estas drogas, lo que evitaría que más cosas así sucedieran.
No son las drogas de verdad las que causan estos problemas, son las píldoras de mierda hechas con basura.
Esta información no tiene la intención de asustar a nadie para que evite las drogas a toda costa, es más bien un intento de mostrar lo que sucede cuando los gobiernos deciden pelear las guerras equivocadas enfocándose en el lado equivocado del problema. Porque, en vez de ir tras los vendedores o distribuidores de drogas, que aparecen como las cucarachas, deberían regular, legalizar y poner impuestos sobre las sustancias para hacerlas más seguras; y proveer materiales educativos o informativos a sus consumidores.
Dos de las metas en la que los grupos para la reducción de daños de todo el mundo trabajan son: la regulación y la supervisión con políticas adecuadas para controlar la edad de los consumidores; y la potencia y contenido de las píldoras. Así, muchos menos terminarían en la sala de emergencias como Jordy. Sí hay una manera de hacer esto bien, pero la que estamos viendo es precisamente la equivocada.
https://youtu.be/ujA3o2oNigY