La escena electrónica está creciendo en Brasil, pero para entender el por qué, tenemos que recordar que estuvieron bajo una dura dictadura militar hasta 1985.
La verdad es que los brasileros no necesitan de muchas excusas para hacer una fiesta. Celebrar está profundamente arraigado en la cultura de personalidad brasilera. Es por eso que la conclusión lógica es que Brasil tiene una escena de festivales musicales muy candentes, aunque todavía no sea así. No todavía, por lo menos. La cultura de los festivales musicales es relativamente nueva y está específicamente matizada. Y mientras que los festivales locales se expanden y los internacionales se anotan en esas latitudes por 1ra vez, la escena y la emoción, van creciendo.
No fue sino hasta que terminó la dictadura militar, que duró desde 1964 hasta 1985, que el país estuvo listo para el desarrollo de festivales. Los festivales de música, en particular, cumplieron un importante rol en la circulación de ideas liberales durante los 60s y los 70s, aunque estos eventos frecuentemente terminaban en violencia en manos de los militares que temían que las reuniones masivas de jóvenes brasileros pudieran propagar ideas peligrosas (para la dictadura, claro).
El 1er festival de música brasilera a gran escala se realizó el mismo año en el que los militares entregaron el poder y fue el 1er Ronck In Rio,que recibió a más de 1 millón y medio de fanáticos en el curso de 10 días, en enero de 1985. Y con nombres internacionales y tan importantes como Queen, AC/DC, Rod Stewart y Yes, el evento abrió la puerta de Brasil para el resto del mundo musical elevando la industria local a un nuevo nivel de profesionalismo.
Los 90s llegaron para encontrarse con una población brasilera sedienta de todo lo que la cultura urbana contemporánea mundial pudiera ofrecer. La estabilización del sistema monetario a mitad de esa década permitió un mayor intercambio de ideas y estilos con artistas y sellos internacionales y también generó una importante subida en el poder de compra de la población. El final del siglo XX vio emerger muchos nuevos festivales protagonizados por los estilos de música de la región. Los grandes sellos y la escena independiente comenzaron a producir fiestas de música electrónica en las ciudades más grandes de Brasil. Y esta música, con sus raves, fueron muy bien recibidos. Y gradualmente, la cultura del festival musical se propagó por toda la sociedad brasilera.
Muchos festivales locales han cobrado vida y se han expandido en Brasil regalándole al mundo muchísimos más lugares para visitar a todo lo largo y ancho de su geografía si es lo que se quiere, además de disfrutar de sus paradisíacos paisajes, es vivir la experiencia de la electrónica en el país de las fiestan que no terminan.
São Paulo
Esta es la ciudad más grande de suramérica, fue anfitriona del festival Skol Beats por casi una década. Y este show recibió a más de 55 mil personas y fue el precursor de otros festivales grandes a lo largo y ancho de ese país. Sus 9 ediciones expusieron las dificultades logísticas enfrentadas por los grandes eventos que estaban teniendo lugar en distritos urbanos caóticos y frecuentemente corruptos. El show se despidió en 2008 y en lugar de otros eventos de gran escala, un grupo de producciones más pequeñas y más personales se realizaron y desde entonces han florecido alrededor de São Paulo.
Algunos de estos nuevos festivales comenzaron como pequeñas reuniones de fanáticos del Psytrance –un género que fue muy popular en Brasil durante los 90s– y luego crecieron para convertirse en los más grades festivales nacionales: XXXPerience, Tribe y Kaballah son emblemáticos de este movimiento y se realizan a unos 120 km de São Paulo. Los lineups ahora se han expandido para incluir más géneros y en 2015, XXXPerience y Kaballah, presentaron a íconos modernos, como Armin Van Buuren y Fedde Le Grand, así como a respetados artistas underground como Mathew Jonson, Rodhad, Danny Daze, y a representantes brasileros del género como Volkoder, Alok, y Victor Ruiz. Mientras, el festival bienal Tribe ya prepara su regreso para inicios del 2016.
Curitiba
Al sur de Brasil, Tribaltech ha tenido una trayectoria similar a la de estos shows de Psytrance. Siendo originalmente un pequeño rave, durante los últimos 12 años el show ha crecido para convertirse en uno de los festivales más respetados del país suramericano. Este pasado octubre en la ciudad de Curitiba, Tribaltech 2015 se extendió por 2 días y recibió artistas de talla grande, como: Carl Craig, Dubfire, Roman Flugel y Chris Liebing.
Recientemente, Curitiba fue nombrada una de las 13 ciudades emergentes más calientes para la música electrónica ya que la ciudad también es sede del Warung Day Festival.
Rio de Janeiro
Más allá de São Paulo y el sur de Brasil, hay otras regiones que también ofrecen sólidas opciones en cuanto a festivales. En Rio de Janeiro está el Rio Music Carnival, que es un maratón de 5 días de música electrónica y que tiene lugar en la costa Marina Da Glória presentando artistas de diversos estilos. El próximo evento de febrero de 2016 incluirá estrellas internacionales como Hardwell y Axwell, y al fenómeno brasilero Vintage Culture. La ciudad es famosa por sus atracciones turísticas playeras y soleadas, pero la seducción de la vida nocturna de Rio es fuerte y se recompensa con aventuras nocturnas como esta.
Brasilia
La capital de Brasil fue una de las fortalezas del rock brasilero de los 80s y durante la primera parte de los 90s, también se convirtió en una ciudad pionera en fiestas electrónicas. Hoy, Federal Music es el festival más grande de la localidad y su próxima edición empieza el 31 de enero. Sus lineups, en el pasado, han incluido a Nicky Romero, Dimitri Vegas & Like Mike, Kolombo, Romeo Blanco y Sonny Fodera.
Bahia
En el noreste, el nombre reconocido es Universo Paralello, un festival que empezó en el 2000 y cuya idea inicial era la de ser una fiesta de año nuevo de Psytrance en Chapada dos Veadeiros, una reservación ecológica del este central de la sabana. Pero en el 2003, el festival se mudó a la increíble costa de Bahia, cerca del lugar a donde llegaron los primeros colonizadores portugueses en 1500. UP, el apodo de cariño que ha recibido el festival, es una de las celebraciones de cultura alternativa más grandes de todo el país.
El show de 1 semana recibe a un considerable número de asistentes de todo el mundo e incluye fiestas continuas en campamentos al aire libre, muchos de ellos en la playa, donde el año nuevo generalmente los alcanza durante algún momento de la semana para celebrar, por lo que técnicamente, sigue siendo una fiesta de año nuevo. Y aunque los festivales con acampados no suelen ser muy populares en Brasil, la excepción es Universo Parallelo. Y su pronta nueva edición comienza el 27 de diciembre y termina el 4 de enero. Los asistentes deberán tomar un vuelo hasta Salvador o Ilhéus para luego viajar por tierra hasta las playas de Pratigi.
Los festivales Internacionales en Brasil tienen una historia muy reciente e irregular, pero ya es posible disfrutar de muchos de estos conocidos festivales en las soleadas o selváticas tierras brasileras.
Este año, Tomorrowland y EDC tocaron tierras brasileras. El primero tuvo un éxito masivo, pero el segundo se tropezó con el impacto de la recesión que ha afectado la economía brasilera desde mediados del 2015. Sonar regresó en noviembre luego de una frustrante edición en 2012 y una inesperada cancelación en 2013.
Ultra, un festival que se ha estado inactivo en Brasil desde su último show de São Paulo en 2008, regresará en octubre de 2016. Y después de muchos intentos en ciudades como Curitiba, Belo Horizante y Rio de Janeiro, Creamfields, que finalmente había encontrado su lugar en Florianópolis, luego de unos años muy difíciles organizando cada vez espectáculos más pequeños entre el 2011 y el 2015, ha pospuesto indefinidamente su edición del 2016.
El mercado de Brasil parece estar desarrollando un gusto por el EDM de estilo norteamericano, pero la realidad es que llevar un show internacional a ese país es muy caro y complicado. El Vice Presidente de Marketing & Sales for ID&T, Mauricio Soares, explica que algunos de los retos incluyen el hecho de que casi todos los equipos son importados y la tasa de cambio de la moneda tiene un fuerte impacto tanto en la compra como en el mantenimiento, y todo eso se refleja en los costos. Además de eso, están las cuestiones relacionadas a la capacitación de los empleados, la disponibilidad de la maquinaria y hasta el sistema de impuestos, que es tan burocrático y complejo, que hace que tome una infinita cantidad de tiempo y esfuerzo el poder hacer los trámites necesarios para cumplir con todas las normas.
Y en medio de los altos y bajos de la inestable economía y los retos de mezclar la cultura tradicional con las marcas mundiales, el momento de los festivales internacionales en Brasil estaría, en última instancia, aún por llegar. Según Mauricio Soares, estos festivales tienen la tendencia de crecer y diversificarse a mediano y largo plazo, y la crisis macroeconómica le ha puesto los frenos a ese proceso. Pero, también aclara que los intervalos de calma momentánea son parte de la maduración del sector y que obligarán a muchas personas a quitar el piloto automático, lo que será sensacional.
El factor definitivo de la cultura de festivales de Brasil es el mismo que hace a ese país especial y uno de los organizadores de Tribaltech resume lo que puede ser el sentimiento de muchos brasileños: «Aquí hay una energía que simplemente es distinta. Está desarrollándose una atmósfera única mientras que la escena madura y las gente descubre las nuevas facetas. Más allá de eso, como en toda nación suramericana, aquí todo es más sexy«.