Este año, los descubrimientos clínicos sobre los efectos de la ketamina en el ser humano han develado la importancia de la droga en la salud mental de los individuos que padecen depresión severa. Algunos investigadores establecen que las capacidades analgésicas, anestésicas y los efectos disociativos de la droga, activan receptores cerebrales que “pone un final abrupto al pensamiento suicida”.
La Dra. L. Alison McInnes, directora de investigación del Laboratorio de Genética neuroconductual del Hospital Mount Sinai, ha propuesto a la droga como “el gran nuevo descubrimiento de la psiquiatría”, afirmación que ha interesado e incentivado a otros centros médicos a utilizar la ketamina como tratamiento experimental en sus pacientes, por eso, la Dra. estima los futuros estudios y usos oficiales de la droga bajo la jurisdicción de la Asociación Americana de Psiquiatría, que comenzarán la primera mitad del año cursante, con tratamientos que incluirán el uso de seis inyecciones intravenosas a lo largo de dos semanas en los pacientes con un diagnóstico de depresión severa, para registrar la matriz de recurrencia de los efectos de la droga y así determinar la precisión de su efectividad: “horas o minutos”. Ante esto, el anestesiólogo Enrique Abreu, que ha usado la droga de forma experimental en sus pacientes durante 4 años, comenta:
No es sutil. Es bastante obvio que será efectivo. Y el radio de respuesta es increíble. Esta droga tiene un éxito de 75 %, lo que significa que tres cuartos de mis pacientes están bien. Nada en la medicina posee esos números.
En este contexto, Carlos Zarate, profesor Clínico de Psiquiatría y Ciencias de la Conducta en la Universidad George Washington, Jefe de la Sección de la Neurobiología y tratamiento de los trastornos del estado de ánimo y Jefe del área de Terapéutica Experimental y Fisiopatología en Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, alentó a la vigilancia y a los estudios rigurosos de la ketamina en el ámbito clínico, porque: “Claramente necesitamos más estandarización en su uso. Aún no sabemos cuánto debería ser la dosis ideal. Necesitamos hacer más estudios. En mi opinión, debería ser usada predominantemente en ámbitos investigativos o clínicas altamente especializadas.”