Gracias a la efervescente popularidad que ha ido ganando paulatinamente la música electrónica en el mundo empresarial, magnates del comercio se han interesado en invertir sus acciones en ella. Y es que, uno de los casos más controversiales de la actualidad es el de Robert F. X. Sillerman, empresario que se aventuró a hacer negociaciones y capitalizar la empresa Beatport en el año 2012.
Desafortunadamente, Sillerman no dio con la mecánica y dinámicas necesarias para comprender la industria de la música, quien la ha manejado como un negocio más, sin dar prioridad a sus particularidades.
El artículo escrito por John Cameron, Breaking Beatport: Examining How SFX Entertainment Destroyed A Beloved Brand, publicado en el entorno web: We got this covered, ofrece un completo panorama del pasado, presente y posible futuro de la empresa Beatport. El artículo, de manera crítica y argumentada, ha colocado como causa fundamental del declive de las empresas la poca importancia dada por Sillerman a la música electrónica, reflejada en una serie de decisiones tristes e incompetencia del magnate al gestionar esta gran empresa de música, que da una idea precisa de cómo una compañía de 9 billones de dólares logró quedar endeudada de 300 millones de dóalres en menos de cuatro años y terminar en la bancarrota. Aquí puedes leer el análisis completo.