Escuchando historias y anécdotas de diferentes compañeros de la noche, existía un nexo donde se encontraba siempre la buena onda y el profesionalismo. Desde generar cosas enormes con muy poco en sus manos, hasta su empatía y humildad característica de quien se ganó la confianza y amistad de casi todos en la escena.
Me siento a escuchar, esbozando una sonrisa y con impaciencia, esos ecos que resuenan aún en la historia generacional del under porteño, en el corazón mismo de la música contemporánea, en los lugares donde bailé por primera vez.
– ¿Cómo llegaste a la música?
Mi primer recuerdo en cuanto a conectar con música fue con un videojuego, precisamente uno de Game-Boy, el cual tenía un riff de guitarra sonando continuamente. Con ayuda de mi viejo, quien terminó de reconocer el tema como “Carol” de los Rolling Stones, descubrí que sentía una especie de obsesión y curiosidad sobre cómo y porqué se había producido ese sonido de guitarra, que a su vez cautivaba mis oídos cada vez que jugaba a aquel entretenimiento.
– ¿Esto te inspiró a tocar un instrumento?
Sí, como el yeite de aquel videojuego salía de una viola, a los 12 años quería ser guitarrista. Así que me compré mi primera guitarra criolla. Debo admitir que no fue una clásica historia de amor, sino más bien una comedia romántica con desencuentros amistosos (risas), debido a los siguientes hechos: comencé a tomar clases con una profesora que generacionalmente me llevaba una diferencia importante en la edad y gustos musicales. Me enseñaba folclore y la postura clásica para tocar, cuando yo en ese momento veía y me llamaba la atención guitarristas del rock, con su instrumento colgando por debajo de la cintura y poderosos sonidos salientes de una guitarra eléctrica, en pocas palabras, no conectábamos en nada, no me sentía entusiasmado ni motivado, así que dejé de asistir.
Pero como toda comedia romántica, el final es feliz. En el colegio empecé a intercambiar material, tablaturas y conocimientos musicales con compañeros. Ahí surgió el contacto con un nuevo profesor, con quien nos llevábamos 9 años de diferencia y fluía por si solo el entendimiento y los gustos que teníamos por el rock. Con este nuevo devenir terminé de enamorarme por completo de mi instrumento y con el tiempo fui adquiriendo perfeccionamiento con profesores como Emilio Molinari de Almendra y Botafogo.
– ¿Cómo te acercaste a la Electrónica?
Es paradójico, pero mi acercamiento a la electrónica llegó con un distanciamiento. A los 21 años tocaba en una banda, con quienes había grabado dos discos de estudio y un demo, pero el tiempo que llevábamos juntos fue conduciéndonos a discusiones y peleas referidas a los conceptos musicales que queríamos plasmar en nuestro trabajo. Decidimos alejarnos y empecé a conocer gente nueva, fuera del rock, los cuales disfrutaban de otros conceptos rítmicos que yo no conocía en profundidad. Esto me llevó a salir a clubes y discos con ellos e interiorizarme mucho más en esta escena que estaba cobrando vida propia en la noche porteña.
Hay una anécdota que viene al pie con esta pregunta. Por lo general cada vez que salíamos con mi amigo Joaquin Vismara (Monkey B), yo seleccionaba la música de viaje en su auto y una noche yendo hacia El Templo (Pacha), él me dijo “vos vas a terminar siendo dj, seleccionas bien la música”. Siempre quedó dando vueltas y me incitó a meterme más de lleno en todo esto.
– ¿Dónde forjaste tus primeras mezclas y fechas?
Ya bajo el a.k.a. de Nico B. Con el aprendizaje y tiempo de mi lado, inicié una especie de “fiesta” en mi casa, donde venían amigos o conocidos Djs y no tanto (risas cómplices) para poner música y hacer amena la noche, ya que en ese momento no había tanta propuesta como existe hoy. Esto se fue comentando y dichas celebraciones fueron tomando color, así como también una mayor concurrencia. En ese momento comencé a plantearme llevar todo esto a un nivel más profesional, de ahí surgió la idea de hacer un ciclo continuo.
– ¿De dónde provienen las ideas para armar los ciclos y fiestas por los cuales sos un referente en el under porteño?
En sus comienzos las ideas me llegaban cuando alguien me contactaba con ganas de hacer algo o por allegados que se acercaban a querer armar una fiesta. Creo que hay que tener en cuenta que en ese momento las redes sociales no existían o tenían la importancia que hoy en día consiguen, estaba todo más desconectado entre sí y aunque existía MySpace, no era lo mismo a la hora de conocer que estaba sucediendo acá o en otras partes del mundo con la escena, ciclos o fiestas. La música era algo difícil de conseguir, no existían la cantidad de portales para comprar sino que había que bajar o ripear los tracks, lo cual era bastante costoso y frustrante. Esto me empujó a moverme y fomentar desde mi mismo sin esperar que las cosas sucedan.
– ¿Cuál fue el primero? ¿Cómo nació?
La primer persona que se acercó a proponerme a realizar un ciclo con una propuesta que me gustó fue Alejo Rivero, quien tenía una amistad con los dueños de “Jah Bar” y estaban dispuestos a adoptar propuestas nuevas para sus noches. Ahí comenzamos haciendo fiestas que no tenían un nombre propio ni una definición conceptual, era nuestra primera experiencia fuera de casa y nos sirvió para aprender muchísimo. Luego apareció el querido “Levitar” y con los conceptos previos se gestó por sí solo “B-Nites”, el cual duró 7 años continuos, ganando un público y afianzándome a mí en lo personal como un habitué del under porteño electrónico. Pasaron Djs y productores de los más importantes de la escena local, como así también quienes recién comenzaban y poseían un gusto musical atractivo. Este ciclo también tuvo la participación en lugares como “Niceto Club” y “Shamrock Basement”, para terminar disolviéndose por cuestiones estructurales del mismo.
– Sabemos también que hoy en día gestas un ciclo con aires internacionales. Contanos un poco más de este proyecto
Este ciclo llamado SayHouse, el cual sigue vigente hoy en día, tiene un bookeo importante de Djs y productores internacionales que comenzó en el 2011 y, ya en el 2012, la fiesta se hacía en dos lugares diferentes simultáneamente, Entre Rios y Capital Federal. Funcionaban en paralelo compartiendo un line más llamativo, con productores y djs como Tatto Piatti, triangulándolos para dar más difusión al evento. A esto se le sumó que empezamos a traer artistas internacionales como Eddie Leader, quien fue posible gracias a la ayuda de Gabriel Rearte. Chris Carrier, Ekkohaus, Professional Gigolo, entre otros, fueron algunos de los nombres que pasaron y nos hicieron bailar.
– ¿Cuál fue el camino para llegar a productoras o artistas internacionales y qué grado de dificultad tuviste?
No fue nada sencillo, por el contrario, fue el trabajo más arduo de todos, pero con una cuota de suerte. Debido a que estaba trabajando para un club importante en generar contactos con agencias internacionales, que después quedó en la nada, esa información y acercamiento terminaron siendo utilizados para mi propio proyecto. Sé que tengo un gran problema con la comunicación, porque me cuesta mucho pedir cosas o favores, pero a su vez no me cuesta nada dar oportunidades o solidarizarme con mis colegas. Por eso estoy seguro que las cosas se fueron dando solas sin buscar un fin mismo a cambio de nada, tanto por compartir una charla, un disco o experiencias personales en la pista.
Nunca tuve un interés en particular por buscar cosas para el beneficio personal o proyectarme como uno solo. Esto me llevó a conocer a la gente adecuada y compartir vivencias muy lindas e inolvidables, todo esto me lo dio la música de manera espontánea.
– ¿Cómo es trabajar en radio con tu viejo?
Lo disfruto mucho, aunque el contenido del programa no es de mis favoritos (político y económico), tiene una trayectoria gigante como periodista. Su sabiduría, consejos y experiencia me motivan a seguir aprendiendo todos los días. Es increíble poder trabajar en un medio de comunicación junto a él.
– ¿Y en 8bitz Radio?
Acá es donde disfruto y explayo mis gustos personales en lo que me gusta hacer, comunicar. Es una radio apuntada a la música electrónica, con una gran grilla de programas conducidos por referentes de la escena, tanto nacionales como internacionales (Diego Cid, May Mc Laren, etc).
– ¿Poseen un formato en vivo?
Sí, este se viene realizando hace seis años de manera quincenal o mensual, dependiendo de las condiciones de locación y armado. Yo me sumé a este proyecto el año pasado y empecé a producir y conducir con los chicos de la emisora, Pablo Saavedra y Alejandro Rotela.
Aunque considero que mi participación en la radio es una colaboración y un hobby para mí, disfruto mucho de poder entrevistar y conocer diferentes artistas a los cuales me gusta escuchar.
– ¿Se puede vivir de la música?
Fue muy lindo poder hacerlo durante un tiempo, formando parte de diferentes residencias y tocando continuamente, pero hoy ya es muy difícil mantenerse con esa vigencia. El circuito cambió mucho y la oferta de djs y productores supera la demanda. Si bien es frustrante, todo se compensa con las pequeñas victorias que tiene la música.
– ¿Qué te motiva a seguir haciéndolo sin esperar nada a cambio?
Justamente esas batallas que uno va ganando a medida que pasa el tiempo pesan muchísimo más que las bajas o frustraciones que pueda encontrar en el camino, esto sumado a la gente que labura conmigo hace que quiera seguir continuamente empujando hacia adelante.
– ¿Cómo conociste a los Club Rayo?
Con Club Rayo (Rafael Sorol y Pablo Terreil) nos conocimos en San Rafael, más precisamente en la localidad de Valle Grande. Ellos armaban fiestas en un lugar donde no había electricidad sino generadores eléctricos y solo se podía acceder en bote, una locura, algo así como querer acercar esta música a lugares donde no existía esa posibilidad. Esto fue hace unos 10 años.
Generamos una amistad por la predisposición y profesionalismo a la hora de trabajar en conjunto.
– ¿Cómo los definirías?
Ellos ya son una asociación de culto que tienen la particularidad de haber tocado, tanto en casi todos los festivales masivos, como también en todos los lugares under de casi todo el país. Con una trayectoria enorme y un conocimiento de pista que pocos tienen.
– ¿Cuál es tu función en Club Rayo Disquets?
Club Rayo Disquets es el label principal que poseen los chicos y, en esta nueva reorganización laboral que tienen, yo soy quien maneja a los Djs del mismo y genera una rotación entre los diferentes showcase que el sello tiene.
Es importante destacar que realizamos un intercambio entre el interior y la capital federal, armando mini giras para mover a los productores que nos parecen talentosos, ampliando la escena porteña y, a su vez, retroalimentando a la de la provincia.
Esto obligó a subdividir el sello, presentando en sociedad a CDR, Ombu Records y Discos Blitz. Debido a la gran demanda de material que teníamos, no alcanzaba a ser publicado únicamente por el label principal.
– ¿Qué esperas del futuro del sello?
Creo que en Buenos Aires es muy incierto poder prever qué va a suceder con el sello a futuro, porque la escena, los lugares, la gente y los gustos cambian continuamente.
Veo un montón de productores muy valiosos que van dejando por frustraciones o deseos económicos más amplios; como también, muchos nuevos que van llegando y te sorprenden, por la calidad, sencillez y talento que tienen.
En cuanto a lo funcional puedo decir que para este 2016 el sello va a seguir buscando editar en vinilo, lo cual es casi inédito para un sello Nacional y en cuanto a la difusión, seguir promulgando a los productores del interior del país para tener un abanico más amplio y no volcar todo solamente a la Capital, donde ya está todo bastante saturado.
– ¿Por dónde distribuyen y editan el material?
Este último vinilo que sacamos en diciembre fue impreso en República Checa y distribuido por una empresa Holandesa. Tiene que estar pronto a llegar a la Argentina; es muy loco, en Europa ya están en venta y sonando, pero acá, por diferentes regulaciones del mercado y la importación, aún no lo podemos disfrutar.
– ¿Cómo te sentís a la hora de estar tras las bandejas?
Si bien en este momento no lo estoy haciendo con tanta periodicidad, me encanta pasar música. Al poner un disco tengo un sentimiento de felicidad enorme, de disfrute y, aunque conlleve muchísimo sacrificio hacerlo, eso me motiva a seguir esforzándome para conseguirme fechas.
– ¿Cómo fue tu experiencia tocando en Clima Perfecto?
Fue una banda de la cual me separé relativamente hace poco. Estuvimos girando los últimos 10 años, donde mi función consistía en componer y tocar la guitarra. Con los chicos fuimos teloneros de Adicta, IKV, Banda de Turistas, Juana la loca, entre otros. También tuvimos la alegría de grabar un LP de 7 temas y un disco de 10 tracks; el primero producido por Amílcar Vazquez, guitarrista de Ilda Lizarazu y masterizado por Mario Breuer (Patricio rey y sus redonditos de ricota). El tiempo y los desgastes nos terminaron por separar como proyecto musical, para darme paso a buscar nuevos horizontes compositivos.
– ¿Estás afirmando que se viene el disco solista?
(Risas). Sí, en este último tiempo yo venía componiendo y experimentando una nueva faceta, así que hable con Fede Cabral (San Camaleón), con quien tengo una amistad y me invitó a grabar el disco a su estudio personal, ofreciéndome ser el productor.
– ¿Ya comenzaste a grabar? ¿Cómo fue el proceso?
Sí, ya grabé el Single de presentación. Posee dos lados y el proceso fue duro, me puse en frente del proyecto y con la ayuda de Fede grabamos todos los instrumentos.
– ¿Cuándo crees terminarlo?
La idea es terminar de grabar el resto, que consta de 10 tracks que están esperando para convertirse en disco, con un posible lanzamiento a comienzos de Abril.
– ¿Contás con una banda para presentarse a futuro?
Claro, tengo la banda armada para salir a tocar junto con Ciro García Fiorito en bajo y Martu Fontana en la batería.
– ¿Hace poco te presentaste en formato acústico?
Sí, soy muy fanático de Elliott Smith, siempre veía las presentaciones de él y me gusta su estilo íntimo de mostrar una faceta diferente de la composición personal. Esta experiencia acústica siempre la realicé con amigos que están en la misma que yo, que también vengan a mostrar sus canciones a un público reducido. Es como una forma de adelantar material y una variante adentro de lo que siempre toco, que es más eléctrico y rockero.
– Para los seguidores y concurrentes de tus ciclos, ¿tenés alguna idea de lo que se viene este año?
Tengo la suerte de anunciar que se viene nuevamente el ciclo Say House, con la presencia professional Gigolo. Este año pudimos contar con las visitas de Eddie Leader y Ekkohaus, aunque todavía no quiero confirmar fechas ni lugares, ya que la fiesta no está con tanta continuidad como antes, porque para lo que hoy en día es la propuesta artística que queremos plantear, necesitamos una cantidad de inversión y apoyo, que no es tan fácil de conseguir como en años atrás, donde todo era más sustentable. La misma creció, tanto en calidad de artistas como de locación, que no puedo ofrecer a un publico que ya conoce lo que brindamos, menos en la parte organizativa o menor calidad en el line-up.
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