5 cosas que no extrañamos de los Kandi Ravers

La cultura en las fiestas está en constante evolución, pues las masas suelen sufrir transformaciones, unas buenas, otras no tanto. Por esa razón (y muchas más) no extrañamos a los kandi ravers, porque eran tan dulces que podían generarle diabetes a cualquiera.Con el paso del tiempo, otros géneros han surgido y las subculturas también, amoldándose a las necesidades de cada época.



En los 90 fue cuando se formó este movimiento, que se distinguía por incluir el color en su indumentaria, llenarse de pulseras, que podrían fácilmente tumbarles el brazo, y además se caracterizaban por ser muy «simpáticos». Eso son los Kandi Ravers, una subcultura que encontrábamos en todas las fiestas abrazándose como si el mundo acabaría al día siguiente.

No extrañamos el color

Vía Thump
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Los kandi ravers solían usar tantos colores juntos que, si los veías fijamente por más de cinco segundos, podían marearte. ¿De verdad alguien podía tomar en serio a un kandi raver?

No extrañamos su baile

Vía Thump
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Pues los Kandi eran estos personajes que se movían como el cuerpo les pidiera, sin darse cuenta de que había gente cerca. Imagínense un golpe con esas pulseras. ¿Recuerdan el «Shuffling»? Que LMFAO puso de moda, bueno se lo deben a ellos.

No extrañamos el neón

Vía Google
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NO, rotundamente no. Sus pasos de baile iban acompañados de más color aún, como si no fuera suficiente con el que cargaban encima. Glowsticks, gloving, gafas reflectoras, todo esto era parte del performance que se armaban, muy sencillo la verdad. Guantes con leds en la punta de los dedos para que se viera más el movimiento. Glowsticks en las extremidades que cumplían este mismo propósito, moviendo sus manos como locos y parecía no tener fin.

No extrañamos los círculos de amor

Vía Geoogle
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Los círculos de amor consistían básicamente en molestar; era como una masa de muchos colores que se balanceaba hacia ti y en cualquier momento parecía aplastarte. Según los kandies, el propósito de esto era darse ánimo y mantener la energía de todos. Al centro del círculo iba aquél zoquete que no se estuviera sintiendo muy bien. Hacían literalmente un escudo de «amor» y buena energía para mantener el espíritu del amigo caído en la escena. Demasiado dulces ¿no creen?

Sí, extrañamos el PLUR

Vía Google
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Lo único que extrañamos es el PLUR. Peace, Love, Unity, Respect (paz, amor, unidad y respeto) después de todo, el amor nunca cae mal. Aunque para los kandies el PLUR consistía de un saludo especial que era más como un pacto de amistad eterna, o por lo que durara la fiesta, finalmente se consumaba intercambiando una de esas pulseritas y bailando toda la noche.

Afortunadamente avanzamos y de esto solo queda el recuerdo.

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