Inna, la reina del Dance

Por: Aldana Scracht



Uno de los personajes más conocidos de Rumania, es sin dudas, el Conde Drácula, quien, como todos sabemos, odiaba el Sol.  A quien apunta esta nota en cambio, le encanta.

Estamos hablando de INNA, quien desde su salto del pop al dance, ha sabido arreglárselas para llegar a los mercados latinos, tan bañados por el sol caribeño. A poco de cumplirse 8 años de la publicación de HOT, echaremos una mirada a su meteórica carrera.

Influencia LatINNA

Como muchas jovencitas, INNA creció mirando telenovelas latinas, muy populares en su país. Una de las protagonistas, la mexicana Thalía, llamó su atención desde pequeña tanto como actriz, como en su rol de cantante. Fue esta influencia junto a la de otra consagrada, la colombiana Shakira,  la que le hizo interesarse en el idioma español. Esta situación ha tenido importancia capital en la carrera de INNA y queda demostrada en la evolución de sus discos.

De Rumania al Caribe

Los comienzos de INNA remiten a su participación en una banda de pop rock vernáculo de escasa repercusión,  hasta que fue convocada para una participación especial por el dúo de DJs Play y Win. Este hecho marcó un cambio en su carrera, pues la catapultó al éxito al ponerle voz  a la canción HOT. Este sencillo se hizo visible en todos los rankings europeos,  alcanzó el primer puesto en España y se destacó también en Norteamérica.

HOT. No es solo una canción

Luego del lanzamiento de HOT, sucedieron una serie de sencillos que fueron incluidos en un primer álbum, editado en 2009 bajo el mismo nombre del primer éxito.

Las canciones, casi todas dentro del género dance, y algunas hasta cerca de la música disco, funcionaron muy bien con el público y establecieron su nombre como una figura indiscutida en las bandejas de los DJs.

En las canciones ya aparecen letras que permiten el lucimiento de su voz y de sus cualidades de intérprete. Junto a las bases con melodías pegadizas, la voz de INNA se inscribe como un sello personal y permite reconocerla al instante. ¿Qué más podía pedir?

Más que revelación

El disco «Hot» sería sólo el principio. Con un intervalo de dos años,  en 2011 se lanzó al mercado el álbum » I am  the club Rocker«, en el cual acentúa su rol de cantante, y  en las presentaciones en vivo pudo apreciársele una actitud más desenvuelta. En este trabajo ya se perciben aromas latinos, desde las participaciones especiales (Florida, Juan Magan) , hasta las propuestas instrumentales que incluyen románticas guitarras sampleadas.

Pasarían otros dos años más, para que en 2013 hiciese su aparición «Party never Ends» , también de la mano de Play y Win.

Party Never Ends es un disco con propuestas variadas, algunas con reminiscencias de un techno temprano como «In your eyes», o un «latin dance» a dúo con Daddy Yankee «More than Friends», y hasta arriesga un pop dance con algunas armonizaciones latinas en «Take me down», dedicado a la tierra Azteca.

Tras nuevos dos años, en 2015 vió la luz el álbum INNA. En esta producción el deep house domina las canciones  la voz de la cantante está bien al frente, sin tapujos y cantándole al amor como debe ser. Contiene algunas rarezas como Bamboreea, en la cual se luce el Hip-Hoper brasileño J,Son,  llamando a bailar desde la introducción con un coro bahiano. El espíritu de » La Isla Bonita» de Maddona, se recrea en Salinas Skies, y  transporta al oyente al Caribe con una dulce melodía y al son de las guitarras españolas, en tanto que las marimbas de Devil´s Paradise, le ofrecen la posibilidad de mostrarse como una expresiva cantante pop. Hay en este disco, más de un corte exitoso, cada tema puede serlo, sólo le falta tiempo y que el encasillamiento en un genero no le juegue en contra. Amigos, INNA es cosa seria, sin dudas el nuevo  continente se encuentra entre sus objetivos artísticos y nos parece genial, y que quede claro: INNA está para grandes cosas.

Esperamos que Argentina descubra a esta gran artista y podamos disfrutarla en vivo más temprano que tarde.

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