La ketamina es un fármaco psicoactivo conocido cariñosamente en los clubes y festivales, por los psiconautas, como Kit Kat o Special K, por las propiedades alucinógenas que oferta en la pista de baile.
Sus efectos analgésicos y sedantes, en el uso recreativo, te darán un punto clave en el disfrute profundo del género electrónico, por ello nunca falta en las fiestas clandestinas de América del Norte y Europa.
En su administración médica, es un fármaco que nunca falta en los botiquines de los hospitales, porque ayuda a anestesiar pacientes para cirugías menores.
Gracias a los avances médicos, recientemente, se ha estudiado la posibilidad de usar el fármaco en tratamientos terapéuticos, como un excelente antidepresivo.
Los amigos de Thump realizaron un excelente reportaje sobre la ketamina, que consta de varias preguntas realizadas por Anna Codrea-Rado al Dr. Andrew Monte, especializado en toxicología en la Universidad de Colorado, para profundizar sobre el fármaco, cómo afecta, y cómo disminuir los riesgos cuando se ingiere.
En cuanto a la dosis, Andrew comentó:
Este concepto anestésico disociativo es atractivo para los que asisten a clubes y festivales. Si se toma la dosis correcta entrarás en el “K-Hole”, donde se obtendrá agradables alucinaciones y una sensación de entumecimiento en los brazos y las piernas. Sin embargo, la dosificación es la parte difícil; con muy poco no se consiguen efectos en lo absolutos, pero un poco más de eso y puedes caer en estado de coma.
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