La capital de la República Islámica de Irán, Teherán, sigue su cruzada religiosa contra la música electrónica. El lugar es un verdadero infierno, para quienes desean disfrutar y propagar el Techno y House en sus territorios.
Con políticas, que rayan en el extremo de la xenofobia, los magistrados de Irán han perseguido durante décadas la cultura underground. Con ello buscan por todos los medios, erradicar la música occidental de sus suburbios.
En este contexto, es un suicidio hacer música electrónica en Irán, sin embargo, hay muchos héroes de la movida que se mantienen detrás de los decks y en cada instante desafían al sistema con sus composiciones.
Entre esas voces anónimas se encuentran los hermanos Mehdi y Hossein Rajabian, 26 y 31 años, respectivamente, junto a su amigo Yousef Emadi, de 35 años, quienes fueron capturados por el gobierno iraní al difundir música electrónica e «insultar santidades islámicas», «difundir propaganda contra el sistema» y tener «actividades audiovisuales ilegales»; además de estos absurdos cargos, los tres están obligados a pagar una multa de 200 millones de riales (US $ 6, 500) cada uno.
Recientemente, se les redujo la condena a los tres implicados que, desde el 2013, han recibido palizas, descargas eléctricas y humillaciones por parte de los oficiales del arcaico régimen de Irán. Desde este medio repudiamos la absurda xenofobia y políticas de represión de Irán a los Djs, y ofrecemos respeto, fuerza y valor a esos héroes anónimos que se mantienen en los decks y los movimientos de contra cultura de la movida electrónica de Irán.