Por: Aldana Scracht
Alan Walker, Dj y productor nacido en Noruega, pero británico por adopción, tuvo una reciente y fulminante aparición en el mundo de la música electrónica.
En efecto, del adolescente que producía influenciado por Steve Jablonsky y Hans Zimmer (ambos Dj y productores), al muchachito que explotó los oídos del público, solo hay dos años de diferencia.
Sus comienzos fueron como los de muchos: produciendo con su notebook. En 2014 con tan solo 17 años, compuso su tema «Fade» en versión instrumental, que obtuvo en su canal de Youtube gran cantidad de reproducciones.
En el 2016 lanzó dos canciones más: sing me to sleep, también con la cantante Iselin Solheim y Alone, que por el momento es su último tema. Seguramente serán un éxito ambos.
La música es su mejor cara
Este joven DJ ha sabido evitar mostrarse demasiado en público y sus fans conocen pocas imágenes del artista. En sus presentaciones solo deja ver sus llamativos ojos azules detrás de su ropa que oculta la mitad de su rostro.
A la hora de salir al escenario, Walker sale acompañado por otros dos Djs, vestidos igual a él en un juego visual muy interesante.
Este recurso artístico que usa para aparecer en sus shows, remite a quien escribe esta nota, a compararlo con Gorillaz y Duft Punk. Ellos también ceden el protagonismo a su música, es decir, como la cara que los identifica. Toda una definición.
En sus canciones se advierte también que existen personajes que juegan con esta idea de estar pero no darse a ver, esta suerte de ¨presencia¨.
En efecto, en Faded el protagonista se esfuma y habita la imaginación de una chica, también en ¨sing me to sleep ¨ la heroína escucha una melodía, ¨siente una música en su mente… en fin, qué decir amigos…¡búscame en mi música que ahí me verás mejor!, parece proponer Alan desde sus letras.
Los próximos pasos del caminante
El presente del Dj de ojos azules no tiene tiempos libres. Su agenda de Febrero tuvo muchos shows y en Marzo también los tendrá, incluyendo en el mítico estadio Azteca de la ciudad de México el 29 de Marzo. Bien por ellos, pero vale la pregunta…
¿Para cuándo Sudamérica?