El secreto mejor guardado de la Marihuana

Aunque para cada país la experiencia de la legalización de algunas drogas pueda parecer diferente, una cosa que sí tienen en común son: las campañas de concientización e información sobre el uso precavido de las drogas. Informar al consumidor es parte escencial del proceso de legalización, al igual que sucede con el alcohol o cualquier otra droga que pueda afectar las capacidades o el comportamiento, pues la imprudencia tiende a ser una variable frecuente en todos los casos y es por eso que estar informados es esencial para prevenir abusos, mala utilización y accidentes, que en algunos casos pudieran ser mortales.



Esto ya era parte de las obligaciones de la industria de la marihuana en los EUA, pero ahora, el camino hacia la naturalización del consumo de marihuana, bien por razones médicas o recreacionales, se enfrenta a un nuevo problema que amenaza con devolverla a la lista de lo socialmente inaceptable: el BHO, por sus siglas en inglés para Butane Hash Oil o Dabs, y conocido en español como Aceite de Marihuana.

Imagen via 420singles.com
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El aceite de marihuana, aunque solo ha empezado a hacer noticias recientemente, no es nada nuevo. El detalle está en que el mercado en el que se suele vender ahora con mayor frecuencia y por diversas razones (entre ellas el precio) es el mercado negro. El motivo de esto radica en que, a pesar de ser un derivado del cannabis, actualmente legalizado en varias regiones de los EUA, el aceite en sí mismo no está legalizado debido a la falta de conocimiento científico de sus efectos sobre la salud o el comportamiento, y a las preocupaciones que este desconocimiento genera en las comunidades y legisladores, por supuesto.

Sin embargo, la realidad sobre ese supuesto desconocimiento es verdaderamente un misterio, pues en mi investigación por las olas de la red, pude encontrar cientos de sitios web hablando sobre los beneficios del cannabis en cuanto a la salud en su forma de BHO y hasta un documento de casi 500 páginas con cientos y cientos de links a investigaciones científicas y testimonios de los efectos de este aceite sobre varias enfermedades como: cáncer, parkinson, diábetes y esclerosis múltiple. Así que, por lo visto sí hay información que promoverá esta discusión por un buen tiempo, aunque todo parece apuntar a que no existen realmente efectos que amenacen la vida de nadie en el uso de este producto en particular, aunque como todo, esto tenga mucho que ver con cómo se hace; porque como su venta no es legal en la mayoría de la regiones, pasa como con otras drogras ilegales, cuya producción no puede regularse, ni pueden aplicársele los más mínimos controles de calidad o sanitarios. Y es aquí cuando se presentan los problemas.

Imagen via Tse1.mm.bing.net
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Una elevación en el número de reportes en escuelas secundarias, fiestas y salas de emergencia, que incluían a este aceite, fue lo que disparó las alarmas de los cuerpos policiales en los estados de Iowa e Illinois, EUA. Porque, como lo planteó el Dr. Dustin Sulak, en una entrevista para Healthline:

Una sola inhalación del BHO puede equivaler, según su concentración, a entre 5 y 10 inhalaciones de la planta en su forma común de hierba para fumar. Y las dosis mucho más altas, también producirán más tolerancia, lo cual requerirá mayores dosis cada vez para seguir obteniendo el mismo efecto.

Es decir, que los consumidores de esta forma de droga, nunca volverán al porro, porque ya no les producirá el efecto esperado. Y el Dr. Sulak es un médico graduado y especializado en medicina omeopática que también es representante diplomático de la Academia de Medicina Cannaboidea. Así que, este señor ha de tener idea de lo que dice, ¿no?

Pero sin esta información, los consumidores más sensibles quedan sometidos a un alto riesgo de accidentes por mal uso de la droga. Y de hecho, muchos de los reportes hablan de adolescentes que esconden el producto en contenedores de labial para poder llevarlo a la escuela y fumarlo en cigarros electrónicos. Y al consumirlo sin la información sobre sus efectos, sus dosis recomendadas o sus posibles efectos secundarios, han terminado alucinando, desmayándose o los dos casos, asegurando como parada la sala de emergencias local y disparando algunas alarmas de organizaciones ciudadanas o de seguridad del estado.

«¡Es que esto es marihuana en esteróides!», comentó Kevin Winslow, Director de Quad-City Metropolitan Enforcemente Group (MEG), en su entrevista para Healthline. MEG, es una agencia que agrupa agentes de Iowa e Illiois, en donde a pesar de lo pequeñas de sus comunidades, las historias sobre problemas con el BHO ya han activado las acciones de este grupo. Y aún no hemos llegado a las complicaciones generadas por su mala producción. Pero no se impacienten, les contaremos más adelante.

La policía del estado de Illinois ya ha advertido al público sobre los peligros de esta «marihuana concentrada» con la intención de prevenir accidentes o daños por su causa; afirman que ocasiona una «severa desconección de la realidad», alucinaciones y varias formas de psicosis. En la versión policial, esta droga suena como la máxima expresión del mal, aunque en realidad solo sea una forma concentrada y resinosa del cannabis, cuya apariencia recuerda a la de la miel y que tiene una potencia mucho mayor.

Y esta no es la primera vez que la policía advierte sobre el peligro de algún derivado de la marihuana, solo que en este caso, tal vez por la falta de regulaciones y la gran cantidad de laboratorios ilegales, podría existir un riesgo real de envenenamiento u otro tipo de reacciones adversas, ya que la extracción de estos aceites se hace con gas butano, un poderoso solvente químico industrial. Sin embargo, el problema no es la utilización del butano sino la utilización de variedades impuras de este solvente que dejan rastros químicos peligrosos, así como la falta de normativas que rijan su producción, lo que ha ocasionado una subida en el número de explosiones porque, aunque parece simple, el proceso de extracción en realidad implica un alto riesgo en la manipulación de sustancias altamente inflamables.

Y aunque los defensores del cannabis odien la comparación entre el BHO y las metanfetaminas que frecuentemente hace la policía, el creciente número de explosiones en centros residenciales del estado de Colorado provocados por laboratorios ilegales del aceite, hace que la comparación sea inevitable para las fuerzas policiales, quienes solo tienen la sensación de estar viendo una película por segunda vez.

Pero, la verdad, más allá de la necesidad de utilizar una versión pura del gas butano en la extracción para no dejar residuos peligrosos y tomar la medidas de seguridad necesarias, no parecería haber mayores complicaciones relacionadas a la producción de este aceite. Y para ser honesta, si comparamos esto con el proceso de fabricación de la cocaína que implica el mezclarla con ácido sulfúrico, acetona, kerosene, amoníaco, cloruro de amonio y gasolina entre otras cosas, esto parece un juego «orgánico» de niños.

La nueva subida en la demanda medicinal ha hecho que los consumidores exijan cada vez más calidad y concentración del producto por el que están pagando precios nada económicos y esto ha hecho que, en muy poco tiempo, el Cannabis haya dejado de ser considerada como una planta «inofensiva», gracias a que sus efectos secundarios se han potenciado unas 10 veces en el aceite, por lo que ya no es posible para sus defensores el decir que sus efectos secundarios no pasan de ser un intenso «munchies».

También, por el alto aumento del cannabis como fuente de alivio medicinal, ha ocasionado que la demanda del aceite suba vertiginosamente creando un vacío en el mercado que no es posible llenar con los pocos productores legales que existen. Esto ha creado un mercado negro de este derivado cuya falta de controles hace imposible el establecimiento de su concentración o su pureza, que son las mayores razones de preocupación por no poder así predecirse sus efectos.

El ingrediente activo de la marihuana es el tetrahidrocannabinol, que suele rondar el 15% de concentración en los cogollos de la planta para fumar. Pero que en su versión concentrada del BHO, puede alcanzar una concentración de entre un 80 o un 90%, haciéndola unas 6 veces más potente que cualquier porro, sin importar el tamaño. Y esto significa que se debe ser mucho más precavido al utilizarlo, al igual que se debe tener más cuidado al consumir Vodka, que tiene entre 32 y 42 grados de alcohol, que al consumir cerveza, que solo tiene entre 6 y 7 grados.

En un laboratorio legal, con todos los permisos y aprobado por el ente encargado de sanidad, el BHO o aceite de marihuana, se produciría de forma profesional y mecanizada. Y el producto resultante sería puro y libre de riesgos para la salud. Pero las autoridades están muy ocupadas atendiendo la oleada de explosiones de laboratorios ilegales y aprobando la criminalización de la fabricación casera del BHO con sustancias inflamables, lo cual va complicando el panorama, especialmente para quienes le dan uso medicinal, pues se ven forzados a comprar en su mercado negro local (que no ofrece seguridad ni calidad) debido a que la producción y venta es legal en solo 3 estados.

Muchos creen que la marihuana o cualquiera de sus productos derivados son en todo caso mucho menos peligrosos y dañinos que por ejemplo, el alcohol, que cada año es responsable de unas 10 mil muertes por accidentes de tránsito. Y de hecho, no se cree posible la ocurrencia de una sobredosis mortal por marihuana. Un mal viaje, sí, puede ser. Pero como para causar la muerte, no. Al contrario que con el alcohol, cuyos efectos son frecuente razón de accidentes de todo tipo.

La verdadera controversia sobre el BHO, sin embargo, gira en torno a sus posibles efectos curativos. Ya que desde hace un tiempo han estado circulando diversos testimonios sobre los increíbles efectos de esta sustancia sobre afecciones y enfermedades tan graves como el Síndrome de Estrés Postraumático, la diábetes tipo 2, el Alzheimer, el Parkinson y hasta el cáncer,

Y a pesar de que múltiples estudios han logrado comprobar algunos efectos beneficiosos y curativos en ratones, la idea de poder hacer estos estudios científicos en humanos y que sus resultados sean tomados en cuenta, tadavía se ve muy lejos. Y sin pruebas científicas que respalden su uso medicinal, será muy difícil su legalización, el establecimiento de un sistema de regulación de su producción o la comprobación de sus efectos reales sobre la salud.

Muchos dicen que los testimonios hablan por sí solos y quizás sea cierto. Por eso los invitamos a ver el documental Run From The Cure, que cuenta la historia de Rick Simpson, un canadiense que asegura haberse curado un cáncer de piel con aceite puro de Cannabis Sativa, una variedad himalaya de la hierba. Y aunque afirma haber comunicado el resultado a las autoridades de salud de su país, dice haber sido ignorado, razón por la que creó el documental para contar su experiencia y dar a conocer «la verdad».

Ha sido en parte gracias a este documental que muchas personas se decidieron a experimentar con el tratamiento, desatando así, la tormenta de testimonios de curación, de personas de todas las edades y con todo tipo de enfermedades, desde todas partes del mundo.

Les dejamos el documental y un video corto sobre el tema, esperamos que les parezcan interesantes.

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