«Si se me hace una invitación, con gusto la acepto. Soy uno de los 7 millones de personas que estamos vivos hoy. Y creo que tenemos que preocuparnos por el bienestar de nuestros semejantes. Somos animales sociales, dependemos unos de otros. Cuando tengo la oportunidad, esto es lo que intento compartir con la gente.»
Su mensaje, como siempre, cargado de humildad, con los más nobles y puros deseos de unión entre los pueblos. Eso no debería de molestar ni envalentonar al Gobierno Chino, ni a nadie. Deberían de aceptar que el Dalai Lama no es una amenaza y que hacen falta más hombres como él en este mundo.
Por: Andrexilla